17 Jul Entrena Sin Malestares: La Guía Definitiva para Comer y Hacer Ejercicio
Vivimos en la sociedad de las prisas. La sociedad donde el reposar y descansar está mal visto porque lo que está de moda es ir corriendo a todos lados e ir super ocupados las 24 horas del día.
Pero.. ¿Qué pasa cuando comemos? ¿Qué pasa cuando tenemos que ir a entrenar justo al terminar y no tenemos ni tiempo de hacer la digestión tranquilamente?
Cuando una persona come, se necesita un tiempo para hacer la digestión. Dicho tiempo varía entre las personas y sobre todo entre hombres y mujeres. Tenemos que entender que después de comer los alimentos tardan entre seis y ocho horas en pasar del estómago al intestino delgado.
Según cada persona, desde que se ingiere la comida hasta que sale del cuerpo en forma de heces, tarda de dos a cinco días. Si hacemos una comida copiosa, el aparato digestivo precisará un gran riego sanguíneo para realizar ese proceso de digestión, con lo que se notará un menor aporte a otros órganos. Esto puede explicar el motivo de ese adormecimiento que nos envuelve tras la comida, y es que incluso el cerebro recibirá algo menos de riego mientras estamos haciendo una digestión pesada.
Pero como bien hemos empezado a decir, vivimos en la sociedad de las prisas y no podemos esperarnos. Por lo tanto queremos darte algunas recomendaciones para aquellas personas que solo pueden entrenar en esos momentos posteriores a las comidas principales.
- Una opción válida sería entrenar en ayunas. Si somos del team de la mañana es la mejor opción porque te aporta muchos beneficios y además cuando terminas puedes desayunar e irte a cumplir con tus responsabilidades.
- Otra opción sería la de intentar tener una ingesta de alimentos/bebidas de rápida absorción y de índice glucémico medio alto. Son aquellos alimentos fáciles de tomar, ricos en carbohidratos simples que se asimilan muy rápido en nuestro organismo. (Estamos hablando de: un plátano, unas tostadas con membrillo, un pequeño sandwich con crema de cacahuete y mermelada… Y algunas marcas de suplementación que ofrecen productos bebibles de carbohidratos de rápida absorción y al ser líquidos se digieren más rápido que alimentos sólidos.)
Cada persona es un mundo y cada uno debería de probar aquellos alimentos que le sientan bien, los que le caen pesados y los que siente que le aportan suficiente energía y saciedad para ir a entrenar. Y luego ya después de haber cumplido con nuestro ejercicio podemos ir a hacer nuestra comida principal.
Si aún así nuestro horario nos es imposible esperar el tiempo deseado, la opción que nos queda es la de suavizar ambas necesidades; es decir, comer en cantidad moderada y alimentos de sencilla digestión cuando pensemos salir casi seguido a hacer algo, y reducir la intensidad del esfuerzo para que las necesidades de riego de los músculos puedan ser atendidas con menor aporte de sangre. De esta forma, con moderación, podremos satisfacer sin demoras esas dos necesidades básicas de nuestro organismo: la alimentación y el ejercicio (de baja intensidad o con descansos prolongados).
Evidentemente y ya para terminar, nuestra recomendación es que intentes en medida de lo posible dejar el ir tan rápido a todos lados y tener los días tan ocupados de responsabilidades. Mejor tomarse la vida más en calma, sin estrés y tomándote ratitos para ti ya sea para entrenar o también descansar.
A veces un descanso reparador es mucho mejor que un entrenamiento que te deja KO. Y tu cuerpo lo agradecerá.